miércoles, 14 de enero de 2009

Retratos a vuela pluma

Alejandra, a sus dieciséis años, es una chica despierta, lo que quiere decir que no sueña, pero tampoco tiene necesidad. Que sueñen otros, dice ella con aire displicente mientras contempla la vida con ojos aguamarina (por ejemplo) y menea la cascada de rizos dorados que es su cabeza.