viernes, 24 de diciembre de 2004

Michi Panero

En Astorga ahora vivo tranquilo, tengo un librero amigo que me trae los libros de encargo, no me molestan, puedo llorar más o menos en paz. Y yo lo que me pregunto es para qué coño sigo viviendo, porque yo creo que realmente he cumplido con este país de mierda, me he acostado con la que gente que he querido, he leído lo que he querido y he conocido a la gente que quería conocer. Pero no me gusta este papel de Quasimodo en una buhardilla. A la soledad habría que quitarle aliento poético, es muy dura y hay que ser muy valiente para aguantarla, sobre todo si estás en el estado físico en el que estoy yo. Ser valiente o muy tonto, hay una línea muy fina que los separa. De todas formas, si yo tuviera más vida o estuviera sano, escribiría mis memorias. Planeta me las quiso comprar, pero me las publicaba con las de ‘El Juli’. Y hacer un libro de 300 páginas junto a la biografía de ‘El Juli’, que tenía 16 años… ¡Ese niño tiene que ser Julio Verne! Y en mi caso querían que contara con quién me había acostado, cómo fue lo de la Bosé… Y mira, así no. Bastante estoy enterrado como para enterrarme aún más.

(Michi Panero; Interviú, entrevistado tres semanas antes de morir)